Cuántas veces me he formulado la misma pregunta en un mismo dia. No sé qué te pasa, necesito al menos una pista.
Lloras y lloras.... y se me parte el corazón de oirte así de desesperado, entonces te cojo de tu cunita y te abrazo fuerte contra mí, BINGO! ya se han pasado todos tus males cariño!. Me alivia darte ese consuelo con solo tenerte cerca, que acción tan sencilla y a la vez tan efectiva, es un remedio barato que compensa infinitamente con tu aroma y ternura.
Después de una sesión de balanceos y de cantos, veo tus ojitos cerrar, como un angelote! -pienso- es buen momento de organizar y limpiar la casa (aunque esté extremadamente agotada, tengo que hacerlo sino mañana será el doble y las visitas para conocer a la nueva personita son diarias).
Apenas me he colocado el delantal cuando oigo tu llanto otra vez ¡ay dios, no puede ser verdad! acudó en tu busquedad y llorás desconsoladamente. Te tranquilizo desde tu cuna y parece que apacigua tu mal, pero sigues intranquilo, vuelvo a sacarte de ahí y te apreto contra mi pecho... TACHÁN!! se terminaron todos los males....magnífico! vuelvo a ponerte en tu cunita.... (pero apenas me giro) y... Bua! bua! bua!... ohh q horror! no puedo hacer nada así. Desisto y me quedo contigo.
Eres un astutillo pequeño! y yo ya sé lo que tu quieres... y en realidad es lo que yo tambien quiero. Estar juntos y abrazaditos, sin preocupaciones de la vida, eternamente felices los dos. Mamá e hijo.
Miro tus ojillos llorosos y te digo: esto no es bueno, tenemos que aprender a ser independiente los dos. Sé que nos va a costar pero tenemos que poner los dos de nuestra parte. A ti te tocará llorar un poquito y a mi sufrir otro poquito.
Pero ya mañana ponemos la rutina hoy aprovechemos esta desobediencia social.
A otro día, intento guardar la calma y aunque te oiga llorar, intentaré no ponerme nerviosa. No me separo de ti ni un instante, pero tú en tu cunita y yo a tu lado. Desde aquí te tranquilizaré, aunque tenga que estar todo el día asi, sé que lo conseguiremos.
Día tras día obtenemos resultados... y ya aguantas más tiempo solito en tu cuna sin llorar. Así se que cuando lo haces es por otro motivo y no sólo son brazos.
Lloras y lloras.... y se me parte el corazón de oirte así de desesperado, entonces te cojo de tu cunita y te abrazo fuerte contra mí, BINGO! ya se han pasado todos tus males cariño!. Me alivia darte ese consuelo con solo tenerte cerca, que acción tan sencilla y a la vez tan efectiva, es un remedio barato que compensa infinitamente con tu aroma y ternura.
Después de una sesión de balanceos y de cantos, veo tus ojitos cerrar, como un angelote! -pienso- es buen momento de organizar y limpiar la casa (aunque esté extremadamente agotada, tengo que hacerlo sino mañana será el doble y las visitas para conocer a la nueva personita son diarias).
Apenas me he colocado el delantal cuando oigo tu llanto otra vez ¡ay dios, no puede ser verdad! acudó en tu busquedad y llorás desconsoladamente. Te tranquilizo desde tu cuna y parece que apacigua tu mal, pero sigues intranquilo, vuelvo a sacarte de ahí y te apreto contra mi pecho... TACHÁN!! se terminaron todos los males....magnífico! vuelvo a ponerte en tu cunita.... (pero apenas me giro) y... Bua! bua! bua!... ohh q horror! no puedo hacer nada así. Desisto y me quedo contigo.
Eres un astutillo pequeño! y yo ya sé lo que tu quieres... y en realidad es lo que yo tambien quiero. Estar juntos y abrazaditos, sin preocupaciones de la vida, eternamente felices los dos. Mamá e hijo.
Miro tus ojillos llorosos y te digo: esto no es bueno, tenemos que aprender a ser independiente los dos. Sé que nos va a costar pero tenemos que poner los dos de nuestra parte. A ti te tocará llorar un poquito y a mi sufrir otro poquito.
Pero ya mañana ponemos la rutina hoy aprovechemos esta desobediencia social.
A otro día, intento guardar la calma y aunque te oiga llorar, intentaré no ponerme nerviosa. No me separo de ti ni un instante, pero tú en tu cunita y yo a tu lado. Desde aquí te tranquilizaré, aunque tenga que estar todo el día asi, sé que lo conseguiremos.
Día tras día obtenemos resultados... y ya aguantas más tiempo solito en tu cuna sin llorar. Así se que cuando lo haces es por otro motivo y no sólo son brazos.
Comentarios
Publicar un comentario